- Estás usando una temperatura muy alta. Aunque secar el pelo con el ajuste más caliente puede hacer el trabajo más rápido, no es bueno para el cabello. Debes ajustar la temperatura y el flujo de aire en función de tu tipo de cabello. Para cabellos finos o delgados, lo ideal es un ajuste de calor bajo o medio. Los cabellos más gruesos pueden soportar un ajuste más alto.
-No utilizas un protector térmico. El calor del secador es perjudicial para el cabello, dejándolo seco, quebradizo y encrespado. Por eso, es importante que protejas tu cabello con un spray protector del calor antes de secarlo para evitar cualquier daño.
-Estás utilizando la herramienta equivocada. Para obtener resultados suaves y sedosos, utiliza un cepillo con mucha superficie. Un cepillo grande permitirá que el pelo se seque y que las secciones se cepillen suavemente. Opta por un cepillo tradicional de cerdas de jabalí o un cepillo de cerdas de nylon. Este consejo es especialmente útil si tienes tendencia a los cabellos sueltos.
-No estás usando boquilla, o difusor, etc. para conseguir un determinado estilo. Los accesorios que vienen con el secador de pelo te ayudan a conseguir determinados efectos de secado. Si no utilizas una boquilla, estás rociando aire caliente por todas partes en lugar de concentrar el flujo de aire exactamente donde quieres. La boquilla adecuada para ti dependerá de tu tipo de cabello.