Los efectos del invierno sobre el cabello rizado pueden ser extremadamente duros. En invierno, sobre todo con la bajada de temperaturas, el aire es más seco y la humedad es menor. El resultado son unos rizos más secos de lo habitual, encrespados, secos, lacios e impredecibles. Pero estos efectos no son sólo molestos, en realidad son perjudiciales para el pelo rizado. El aire frío y seco levanta la cutícula capilar de las hebras, lo que provoca una pérdida de humedad a través del tallo del pelo. Además, factores como el viento fuerte, el uso de accesorios como sombreros, y el roce con los abrigos pueden hacer que tus rizos se enreden, se enganchen y se rompan. Y el invierno puede ser especialmente duro para tu pelo rizado si está teñido, quitándole aún más su vitalidad y brillo.