Los champús sólidos se han convertido en uno de los productos de cuidado capilar más populares del mercado. Como una pastilla de jabón pero para el cabello, basta con frotarla entre las manos o sobre las raíces para crear espuma y masajear como con un champú normal. Los champús sólidos son una forma sólida y concentrada de champú, elaborada con limpiadores suaves y aceites vegetales. Además, no suelen contener sulfatos ni otros ingredientes agresivos que suelen encontrarse en las fórmulas líquidas. Los champús sólidos están mínimamente envasados en cartón reciclable o recipientes reutilizables, lo que reduce los residuos de plástico y envases. Y debido a su menor contenido en agua, pesan menos que los champús tradicionales, lo que hace que el transporte sea más eficiente desde el punto de vista energético. A estas alturas es obvio que son el método más ecológico para el cuidado del cabello, pero ¿funcionan tan bien como tu champú favorito? Te explicamos sus ventajas, como la sostenibilidad medioambiental, la reducción de los residuos plásticos y la posibilidad de tener un cabello más sano. Además, te explicamos cómo utilizarlas de forma eficaz y cuáles son los más adecuados para tu tipo de cabello.