1. Utiliza champús suaves que no arruinen el equilibrio de la microbiota cutánea y lo más cerca posible de tus necesidades de hidratación, nutrición o, por el contrario, antisebo.
2. Aplica regularmente mascarillas para el cabello y el cuero cabelludo de acuerdo con tus necesidades. Para saber cuál es mejor para ti, lee nuestro artículo dedicado a los superpoderes de las mascarillas para el cabello.
3. Apoya la microbiota de tu cuero cabelludo con productos para el cabello post-bióticos.
4. Ajusta el secador de pelo a una temperatura moderada: lo mismo ocurre con la plancha, que debe usarse con cuidado.
5. Cepillar y peinar con delicadeza, sin tocar la piel con las púas del instrumento.
6. Confía en peluqueros profesionales para todo lo relacionado con los tratamientos químicos: tintes, decoloraciones, etc.