El pelo consta de dos partes principales. La primera es el folículo, situado bajo la superficie de la piel. Está conectado a pequeños vasos sanguíneos que proporcionan la nutrición necesaria para mantener el pelo sano y en buen crecimiento. La piel también contiene glándulas sebáceas que proporcionan los aceites naturales que necesita el pelo.
La segunda parte es el tallo del pelo, que es lo que se ve por encima de la piel. El tallo, a su vez, está formado por tres capas: la médula interna, la corteza media, compuesta por proteínas de queratina, y la cutícula externa. La estructura de la cutícula es un poco como la de un tejado de tejas, con "escamas" superpuestas que pueden ser cerradas y lisas o abiertas y texturizadas.