La grasa de nuestro cuero cabelludo (también conocida como sebo) es producida por las glándulas sebáceas situadas al final de los folículos pilosos. El sebo es esencial tanto para formar una capa hidrolipídica que proteja la piel de los agentes externos - como el sol, el frío o las bacterias- como para favorecer la hidratación del cuero cabelludo. Sin embargo, el exceso de sebo puede ser un problema, no sólo para su aspecto sino también para el bienestar del cuero cabelludo.